primera guerra mundial
Primera Guerra Mundial, conflicto armado a escala mundial desarrollado entre 1914 y 1918. Originado en Europa, fue el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue entonces el segundo conflicto más sangriento de la historia, resultando en aproximadamente la mitad de bajas que en la Rebelión Taiping. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra solía llamarse la Gran Guerra o la Guerra de Guerras. En España también se la conocía como Guerra del Catorce.A finales del siglo XIX, Europa dominaba el mundo tecnológica, financiera, económica y sobre todo políticamente: África estaba casi totalmente ocupada (a excepción de Liberia y Etiopía), así como Asia Meridional. China cayó bajo dominio europeo gradualmente. Estados Unidos y Rusia tenían un dominio eficiente de sus vastos territorios. Un conflicto entre Francia y Reino Unido pudo haber estallado a causa del incidente de Fachoda, pero el rápido ascenso de la potencia alemana unió a los dos países a través de la Entente cordiale. El Reino Unido en especial, así como Francia, poseían un inmenso imperio que aseguraba una exclusividad casi total del comercio y la explotación de riquezas bajo el régimen colonial. Alemania, que no poseía casi ninguna colonia, empezó a pretender algunas a la par de su ascenso en la politíca internacional después de su unificación en 1870.
Alsacia y Lorena: por su parte, Francia deseaba obtener la revancha del fracaso sufrido en la Guerra Franco-prusiana de 1870 con Alemania. Tras esta guerra, el Canciller Otto von Bismarck había proclamado el Imperio Alemán en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para Francia. En las escuelas se alentaba a los niños, después de las reformas de Jules Ferry, a colorear Alsacia y Lorena en negro sobre el mapa de Francia (territorios que había cedido a Alemania en el Tratado de Fráncfort). Esta generación fue educada bajo la idea de vengar la afrenta de 1870, derrotando a los alemanes. En 1914 sólo hubo un 1% de desertores en el ejército francés en comparación con un 30% en 1870.
Los Balcanes: el país de los Balcanes, liberado del Imperio Otomano, (el «enfermo de Europa»), fue objeto de rivalidad entre las grandes potencias. El Imperio Otomano, que se hundía lentamente, no poseía en Europa, a la víspera de la guerra, más que Estambul. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro y Albania) buscaron expandirse a costa de sus vecinos.
Además, los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continuaron su política tradicional. El Imperio Austrohúngaro deseaba continuar su expansión en el valle del Danubio, hasta el mar Negro. Rusia, que estaba ligada histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa, y que les brindó su apoyo ya en el pasado, dispuso en ellos de aliados naturales en su política de conquista de un acceso a «mar caliente» (pasando por el control de los estrechos). Evidentemente, estas dos políticas entre una potencia católica y una ortodoxa provocaron enfrentamientos (los dos imperios poseían, además, un águila bicéfala como emblema).
Sistema de alianzas. Se crearon vastos sistemas de alianzas: Francia, Inglaterra y Rusia de una parte (Triple Entente); y Alemania, Austria-Hungría, e Italia (Triple Alianza (1882)), que fueron enemigos de Rusia y Serbia.
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Desarrollo
La guerra comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio Austrohúngaro y Serbia, pero tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Finalmente se incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra mundial en la que participaron 32 países. 28 de ellos denominados «Aliados», y entre las que se encontraban Francia, Italia, el Reino Unido, Rusia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por Austria-Hungría, Alemania, el Imperio Otomano y Bulgaria
Alsacia y Lorena: por su parte, Francia deseaba obtener la revancha del fracaso sufrido en la Guerra Franco-prusiana de 1870 con Alemania. Tras esta guerra, el Canciller Otto von Bismarck había proclamado el Imperio Alemán en el Palacio de Versalles, lo que significó una ofensa para Francia. En las escuelas se alentaba a los niños, después de las reformas de Jules Ferry, a colorear Alsacia y Lorena en negro sobre el mapa de Francia (territorios que había cedido a Alemania en el Tratado de Fráncfort). Esta generación fue educada bajo la idea de vengar la afrenta de 1870, derrotando a los alemanes. En 1914 sólo hubo un 1% de desertores en el ejército francés en comparación con un 30% en 1870.
Los Balcanes: el país de los Balcanes, liberado del Imperio Otomano, (el «enfermo de Europa»), fue objeto de rivalidad entre las grandes potencias. El Imperio Otomano, que se hundía lentamente, no poseía en Europa, a la víspera de la guerra, más que Estambul. Todos los jóvenes países nacidos de su descomposición (Grecia, Bulgaria, Rumania, Serbia, Montenegro y Albania) buscaron expandirse a costa de sus vecinos.
Además, los dos enemigos seculares del Imperio Otomano continuaron su política tradicional. El Imperio Austrohúngaro deseaba continuar su expansión en el valle del Danubio, hasta el mar Negro. Rusia, que estaba ligada histórica y culturalmente a los eslavos de los Balcanes, de confesión ortodoxa, y que les brindó su apoyo ya en el pasado, dispuso en ellos de aliados naturales en su política de conquista de un acceso a «mar caliente» (pasando por el control de los estrechos). Evidentemente, estas dos políticas entre una potencia católica y una ortodoxa provocaron enfrentamientos (los dos imperios poseían, además, un águila bicéfala como emblema).
Sistema de alianzas. Se crearon vastos sistemas de alianzas: Francia, Inglaterra y Rusia de una parte (Triple Entente); y Alemania, Austria-Hungría, e Italia (Triple Alianza (1882)), que fueron enemigos de Rusia y Serbia.
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Desarrollo
La guerra comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio Austrohúngaro y Serbia, pero tras la declaración de guerra austrohúngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Finalmente se incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra mundial en la que participaron 32 países. 28 de ellos denominados «Aliados», y entre las que se encontraban Francia, Italia, el Reino Unido, Rusia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por Austria-Hungría, Alemania, el Imperio Otomano y Bulgaria
Fin de la guerra
Balance de las víctimas mortales
Soldados
Aliados
Imperio Británico 908.371
Australia 60.000
Canadá 55.000
India 25.000
Nueva Zelanda 16.000
Sudáfrica 7.000
Reino Unido 715.000
Francia 1.240.000
Colonias francesas 114.000
Bélgica 13.716
Estados Unidos 50.600
Grecia 5.000
Italia 650.000
Japón 300
Montenegro 3.000
Portugal 7.234
Rumania 335.706
Rusia 1.700.000
Serbia 45.000
Potencias centrales
Alemania 1.773.700
Balance de las víctimas mortales
Soldados
Aliados
Imperio Británico 908.371
Australia 60.000
Canadá 55.000
India 25.000
Nueva Zelanda 16.000
Sudáfrica 7.000
Reino Unido 715.000
Francia 1.240.000
Colonias francesas 114.000
Bélgica 13.716
Estados Unidos 50.600
Grecia 5.000
Italia 650.000
Japón 300
Montenegro 3.000
Portugal 7.234
Rumania 335.706
Rusia 1.700.000
Serbia 45.000
Potencias centrales
Alemania 1.773.700
Austria-Hungría 1.200.000
Bulgaria 87.500
Turquía 325.000 Civiles
Alemania 760.000
Austria-Hungría 300.000
Bélgica 30.000
Gran Bretaña 31.000
Bulgaria 275.000
Francia 40.000
Grecia 132.000
Rumania 275.000
Rusia 10.000.000
Serbia 650.000
Turquía 1.000.000
Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus fuerzas en la última ofensiva del oeste, a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandre, en Chemin des Dames y en Champagne. Pero mal alimentadas, mal relevadas, cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir a los ejércitos aliados coordinados por el general Foch y reforzados por el material y los hombres americanos, los primeros tanques y la superioridad submarina y aérea: tras una revolución obrera en Berlín (la Revolución de Noviembre), el gobierno de la nueva república alemana firma el armisticio de Rethondes el 11 de noviembre de 1918.
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Participación de Japón
Tras el estallido de la guerra, el Imperio Japonés envió un ultimátum a Alemania, solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste de China). Alemania se negó a cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los aliados. Las tropas japonesas ocuparon las posesiones alemanas de las islas Marshall, Carolinas y Marianas. En 1915, Japón presentó las Veintiuna Demandas a China que obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a Taiwan a ningún país, excepto a Japón. En 1916, China cedió los derechos comerciales de Mongolia Interior y Manchuria a Japón.
Como resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las islas del Pacífico que había ocupado, y el territorio de Jiaozhou.
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Voluntarios españoles
Se estima que fueron unos 15.000 los españoles que participaron en la guerra provenientes de todas las regiones, si bien entre estos destacaban por su número los catalanes. Muchos de ellos formaron parte del Regimiento de Marcha de la Legión Extranjera francesa, que figuró como as de ases de los regimientos franceses.
En España, durante la Guerra, existió el Patronato de Voluntarios Españoles, que, entre otras cosas, editó diversas obras como, Los españoles en la Guerra de 1914-1918 (1920). Al frente del Patronato figuró el Duque de Alba.
Desde Cataluña, la Unió Catalanista organizó el llamado "Comitè de Germanor amb el Voluntaris Catalans", creado en febrero de 1916, disponía en París y Perpiñán, de dos centros donde los soldados catalanes recibían ayuda y podían quedarse normalmente cuando disfrutaban de permiso o estaban convalecientes. Los catalanes lucharon en varias batallas importantes del Norte de Francia.
Tras el final de la guerra, muchos de aquellos voluntarios se quedaron en Francia. Algunos voluntarios catalanes, luchando por Francia creyeron que luchaban también por Cataluña, por su autonomía o por su independencia. Sin embargo las potencias aliadas jamás intercedieron por los intereses del independentismo catalán.
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Consecuencias
Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de inválidos. Francia fue el país más afectado, proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10% de la población activa masculina, acompañada por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la inmigración. Ésta última participó de la reconstrucción de un país donde el norte estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas, fábricas, etc.
En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de 1919: el Imperio del zar (transformado en Rusia comunista), el Imperio Otomano se redujo a Turquía, el Imperio Austrohúngaro fue desmantelado, con el nacimiento de las minúsculas Austria y Hungría, de una Checoslovaquia y una Yugoslavia independientes, el fin del Imperio Alemán, que el Tratado de Versalles disminuyó en el plano territorial, cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial.
Nuevo equilibrio político mundial. La guerra se conoció en África, donde los franco-británicos se apropiaron de colonias alemanas, y en el extremo oriente, donde Japón hizo lo propio con las Islas Marianas y Qingdao. Las colonias suministraron víveres, materias primas y soldados. Tras la guerra los pueblos coloniales no creyeron más en lo que se les había inculcado sobre la superioridad natural de la metrópoli y reclamaron una mejora de su situación. A este primer declinamiento de la influencia de Europa en las colonias, se sumó la expansión de Estados Unidos, el mayor beneficiado de la guerra junto a Japón, y cuyas capitales se colocaron al lado de París y Londres en la escena internacional.
Transformación social. Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los pequeños ahorradores, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad, y se volvieron indispensables durante toda la guerra, en el campo, las fábricas, las oficinas, las escuelas (para compensar la marcha de numerosos profesores). El feminismo progresaba, la moda evolucionó, el derecho a voto fue acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos y Rusia, pero no en Francia.
Consecuencias tecnológicas. La contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: fusiles de repetición, ametralladoras, gases afixiantes dando origen a la guerra biológica y química, hubo tanques, dirigibles y aviones, también se practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección. El transporte motorizado se generalizó.
Consecuencias políticas en Alemania. Los cinco tratados tras la guerra, principalmente el creado en Versalles, ocasionaron un ambiente de opresión hacia los vencidos. La nueva Alemania republicana sufrió las consecuencias del Imperio Alemán y su economía fue explotada por los vencedores. Así surgieron tesis tanto izquierdistas como derechistas para acabar con esta situación. Los golpes contra el sistema comenzaron cuando, en 1921, milicias comunistas se levantaron en Múnich. La revuelta fue sofocada. Adolf Hitler culpaba a los marxistas alemanes de la rendición alemana, alegando como pruebas la constitución progresista de Weimar y el armisticio a continuación. Cuando Hitler aun seguía en las trincheras, los militares alemanes convencían a la población civil de que la guerra podía ser ganada, mientras que confesaban a los políticos que la rendición era obligatoria. Pero Hitler sostuvo esta tesis en el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores y, con ella, dirigió el denominado Putsch de Múnich de 1923) contra la sede del gobierno. El golpe militar fue aplastado y Hitler recluido en prisión durante nueve meses. Sin embargo en enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg y el 14 de octubre de 1933 triunfó en las elecciones, por lo que llegó al parlamento alemán.
Alemania 760.000
Austria-Hungría 300.000
Bélgica 30.000
Gran Bretaña 31.000
Bulgaria 275.000
Francia 40.000
Grecia 132.000
Rumania 275.000
Rusia 10.000.000
Serbia 650.000
Turquía 1.000.000
Reforzados por las tropas provenientes del frente este, los alemanes ponen todas sus fuerzas en la última ofensiva del oeste, a partir de marzo de 1918, sobre el río Somme, en Flandre, en Chemin des Dames y en Champagne. Pero mal alimentadas, mal relevadas, cansadas, las tropas alemanas no pudieron resistir a los ejércitos aliados coordinados por el general Foch y reforzados por el material y los hombres americanos, los primeros tanques y la superioridad submarina y aérea: tras una revolución obrera en Berlín (la Revolución de Noviembre), el gobierno de la nueva república alemana firma el armisticio de Rethondes el 11 de noviembre de 1918.
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Participación de Japón
Tras el estallido de la guerra, el Imperio Japonés envió un ultimátum a Alemania, solicitándole la evacuación de Jiaozhou (noreste de China). Alemania se negó a cumplirlo, por lo que Japón entró en la guerra del lado de los aliados. Las tropas japonesas ocuparon las posesiones alemanas de las islas Marshall, Carolinas y Marianas. En 1915, Japón presentó las Veintiuna Demandas a China que obligaban a China a no alquilar ni ceder ningún territorio frente a Taiwan a ningún país, excepto a Japón. En 1916, China cedió los derechos comerciales de Mongolia Interior y Manchuria a Japón.
Como resultado del acuerdo de paz de la guerra mundial, Japón recibió las islas del Pacífico que había ocupado, y el territorio de Jiaozhou.
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Voluntarios españoles
Se estima que fueron unos 15.000 los españoles que participaron en la guerra provenientes de todas las regiones, si bien entre estos destacaban por su número los catalanes. Muchos de ellos formaron parte del Regimiento de Marcha de la Legión Extranjera francesa, que figuró como as de ases de los regimientos franceses.
En España, durante la Guerra, existió el Patronato de Voluntarios Españoles, que, entre otras cosas, editó diversas obras como, Los españoles en la Guerra de 1914-1918 (1920). Al frente del Patronato figuró el Duque de Alba.
Desde Cataluña, la Unió Catalanista organizó el llamado "Comitè de Germanor amb el Voluntaris Catalans", creado en febrero de 1916, disponía en París y Perpiñán, de dos centros donde los soldados catalanes recibían ayuda y podían quedarse normalmente cuando disfrutaban de permiso o estaban convalecientes. Los catalanes lucharon en varias batallas importantes del Norte de Francia.
Tras el final de la guerra, muchos de aquellos voluntarios se quedaron en Francia. Algunos voluntarios catalanes, luchando por Francia creyeron que luchaban también por Cataluña, por su autonomía o por su independencia. Sin embargo las potencias aliadas jamás intercedieron por los intereses del independentismo catalán.
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Consecuencias
Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de inválidos. Francia fue el país más afectado, proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10% de la población activa masculina, acompañada por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la inmigración. Ésta última participó de la reconstrucción de un país donde el norte estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas, fábricas, etc.
En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de 1919: el Imperio del zar (transformado en Rusia comunista), el Imperio Otomano se redujo a Turquía, el Imperio Austrohúngaro fue desmantelado, con el nacimiento de las minúsculas Austria y Hungría, de una Checoslovaquia y una Yugoslavia independientes, el fin del Imperio Alemán, que el Tratado de Versalles disminuyó en el plano territorial, cortado en dos por el Corredor polaco, desmilitarizado, confiscadas sus colonias, supervisado, condenado a pagar enormes compensaciones y tratado como responsable del conflicto. Este tratado produjo gran amargura entre los alemanes y fue la semilla inicial para el próximo conflicto mundial.
Nuevo equilibrio político mundial. La guerra se conoció en África, donde los franco-británicos se apropiaron de colonias alemanas, y en el extremo oriente, donde Japón hizo lo propio con las Islas Marianas y Qingdao. Las colonias suministraron víveres, materias primas y soldados. Tras la guerra los pueblos coloniales no creyeron más en lo que se les había inculcado sobre la superioridad natural de la metrópoli y reclamaron una mejora de su situación. A este primer declinamiento de la influencia de Europa en las colonias, se sumó la expansión de Estados Unidos, el mayor beneficiado de la guerra junto a Japón, y cuyas capitales se colocaron al lado de París y Londres en la escena internacional.
Transformación social. Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los pequeños ahorradores, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad, y se volvieron indispensables durante toda la guerra, en el campo, las fábricas, las oficinas, las escuelas (para compensar la marcha de numerosos profesores). El feminismo progresaba, la moda evolucionó, el derecho a voto fue acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos y Rusia, pero no en Francia.
Consecuencias tecnológicas. La contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: fusiles de repetición, ametralladoras, gases afixiantes dando origen a la guerra biológica y química, hubo tanques, dirigibles y aviones, también se practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección. El transporte motorizado se generalizó.
Consecuencias políticas en Alemania. Los cinco tratados tras la guerra, principalmente el creado en Versalles, ocasionaron un ambiente de opresión hacia los vencidos. La nueva Alemania republicana sufrió las consecuencias del Imperio Alemán y su economía fue explotada por los vencedores. Así surgieron tesis tanto izquierdistas como derechistas para acabar con esta situación. Los golpes contra el sistema comenzaron cuando, en 1921, milicias comunistas se levantaron en Múnich. La revuelta fue sofocada. Adolf Hitler culpaba a los marxistas alemanes de la rendición alemana, alegando como pruebas la constitución progresista de Weimar y el armisticio a continuación. Cuando Hitler aun seguía en las trincheras, los militares alemanes convencían a la población civil de que la guerra podía ser ganada, mientras que confesaban a los políticos que la rendición era obligatoria. Pero Hitler sostuvo esta tesis en el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores y, con ella, dirigió el denominado Putsch de Múnich de 1923) contra la sede del gobierno. El golpe militar fue aplastado y Hitler recluido en prisión durante nueve meses. Sin embargo en enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg y el 14 de octubre de 1933 triunfó en las elecciones, por lo que llegó al parlamento alemán.
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